El clásico del fútbol mexicano tuvo un sólo equipo. El Guadalajara buscó en todo momento, pero tuvo que conformarse con un empate sin goles en la ida de las semifinales en el Estadio Akron.
Las Chivas no supieron hacerle daño a un desdibujado América y aunque podrían pagarlo caro, todo quedó abierto para la vuelta en el Estadio Azteca el próximo sábado.
Lo más destacable de América son las rabietas de algunos jugadores, como André Jardine contra sus jugadores y el cuerpo arbitral.
Fue hasta el minuto 20 cuando las Águilas hicieron su primer disparo al arco rojiblanco, pero nada extraordinario. Los de Coapa hicieron un primer tiempo impresentable.
Si tan sólo el Guadalajara tuviera otro delantero letal, de calidad, la historia habría sido diferente. Ricardo Marín y Pavel Pérez fallaron frente a Luis Ángel Malagón las más claras de su equipo.
El Club América no está en el mismo nivel de la jornada 10, cuando arrasaba. Pero con lo que viene haciendo le alcanza para definir todo en la vuelta.
Al Club Guadalajara le hace falta más precisión que corazón. Eso sí, venidos a más, ayer demostraron que pueden dar la sorpresa y colarse a la final del campeonato.